Desde la Buhardilla 12
Esta vez tuvimos bastante demora en subir a la Buhardilla. No por desinterés ni olvido, sino por las cuestiones banales del mundo que nos han retenido más de lo deseado al ras del suelo, ese ente físico en el cual desempeñamos nuestra batalla cotidiana por la supervivencia, y en el que demostramos nuestras destrezas en las artes de la cacería, recolección y defensa personal. (Adrenalina pura....)
Los resultados de nuestras expediciones, guerras y conquistas son, cada vez, de más incierto éxito. Hay, entonces, un desánimo que acerca estados de angustia y desazón. Afortunadamente, en parte, sospecho que sólo son espejismos hormonales, simples moléculas que juegan con la bioquímica de nuestros nervios.
Ya que, " el mundo físico todavía sigue allí" (Antonin Artaud) y a él debemos regresar- indefectiblemente- démonos un respiro, carguemos las baterías. Un pequeño momento de distracción en la buhardilla no viene mal.
Apaguemos por un rato los motores. Guardemos las armas, las herramientas. Desconectemos los teléfonos, las radios. Cerremos las agendas.
Bienvenidos. Subamos las escaleras.
